domingo, 24 de diciembre de 2017

Cosas que dice Norah VI

Norah todos los días dice muchas cosas que serían para apuntarlas, pero claro, no se puede apuntar todo... En estos últimos meses tengo anotadas las siguientes:

-David y yo teníamos una estancia en un hotel con spa pendiente de un regalo de Navidad. Cuando hablábamos un día sobre que teníamos que reservarlo (sin incluirla a ella en la conversación) comenzó a hacernos la pelota: "papá eres guapísimo", "mamá eres guapísima", "os quiero mucho", "ay mi papá cómo te quiero!" (mientras le acariciaba la cabeza). Nosotros no nos dábamos por aludidos y esto se repitió en un par de veces. La última vez que hablamos del tema ya dijo con claridad: "¿Cuándo vamos a ir al hotel con spat (sic)?". Nos dijo que teníamos que ir todos porque somos una familia... A todo esto otro día, dándonos todos un abrazo, decía "Los abrazos en familia son los mejores".

-Un día volviendo a la Escuela de Música me decía "Ya soy mayor y quiero un ordenador de verdad" (con sus 4 años recién cumplidos).

-En el colegio de Norah siempre ponen una canción por las mañanas a la entrada. Suele ser la misma canción durante una semana. Un día de primavera pusieron la de "Pintarse la cara" que fue la de la despedida de la EI, que tenía su coreografía asociada y todo. Su reacción fue taparse los oídos, luego se quedó como ausente, con los ojos vidriosos, mirando al infinito; casi pensé que estaba teniendo una crisis de ausencia. Luego se me abrazó muy emocionada durante muchísimo tiempo. Se despidió de mí con lágrimas en los ojos. 

-Un día yendo en el coche: "Si los humanos fuéramos todos iguales seríamos robots". Me pareció una honda reflexión que en estos tiempos de gente zombificada por los móviles quizá no se aleja mucho de la realidad.

-El año pasado nos escuchaba hablar sobre Donald Trump y Putin. Preguntaba: "¿Por qué Donald Trump es malo si es un pato de color naranja?" (lo confundía con el pato Donald y supongo que lo del color es obvio...). A todo esto lo unió con que "El Pato Donald detesta las habichuelas" (lo alucinante es el vocablo "detesta" en una nena de 4 años). Acto seguido pasaba a preguntarme "¿Por qué cada cosa tiene un color?" y yo le expliqué el tema del espectro de la luz visible.

-Al respecto del vocabulario puede decir perfectamente como me dijo un día "Estoy furiosa".

-Una vez hablábamos algo de un niño que no sé qué le había pasado. Y uno de nosotros le dijo que ese niño era un poco payasete. Ella contestó "No, es torpe".

-Una noche viendo la luna: "La luna está muy rara. Se ve el otro lado. Mis ojos alucinan".

-Conversación de camino al colegio: "Mamá, ¿qué pasaría si no hubiera pájaros?". Le contesté que habría demasiadas moscas y mosquitos y que no se dispersarían las semillas de las plantas. "Pobre mundo. Qué triste estaría el mundo si no hubiera pájaros" fue su respuesta.

-Volviendo del colegio otro día quería ir a una tienda de los chinos: "Vamos a comprar cosas para hacer la fiesta de los dinosaurios y del trabajo de papá". "No podemos comprar cosas todo el rato" le dije. Ella me preguntó que por qué y le dije aquello de que el dinero no crece en los árboles. Respuesta de mi hija: "Ay mamá, claro, lo sacas del sitio de donde sale el dinero" (cajero automático). "Ya pero para que pueda sacar dinero tengo que trabajar" a lo que me contestó: "pues trabaja". "Pero entonces no puedo estar contigo" le comenté. "No pasa nada mamá, no me pongo triste mientras tú estás trabajando". 

-A todo esto, otro día, cuando decía que no me apetecía ir a trabajar, me hizo una nota manuscrita donde ponía "No pasa nada por ir a trabajar porque tienes que ganar dinerito". También me hizo un dibujo de nosotras jugando en el parque.

-Al ver una foto de su padre de hace 4 años: "Papá no tiene la misma cara... pero es por la luz".

-"No existen los fantasmas, las brujas ni los monstruos. Sólo en los cuentos y cuando nos disfrazamos".

-Un día me reclamaba para jugar o alguna cosa y le dije que se esperara 2 minutos porque tenía que hacer algo como cambiarme de ropa o lo que fuera... ella murmuró "Nunca son dos minutos".

-En una ocasión en la Escuela de Música un niño le dio un caramelo con un dibujo de un zombi y me empezó a preguntar cosas sobre los zombis (por supuesto no se comió el caramelo porque no era saludable). Le expliqué un poco lo que eran los zombis. "¿Por qué los zombis son malos y tienen hambre? ¿Por qué están calvos y no tienen ojos? ¿Por qué no existen si dices que antes eran humanos?". 

-Una vez la fuente del parque de enfrente no funcionaba y exclamó: "La fuente está rota. Hay que llamar al ayuntamiento".

-Comiendo en la cocina los tres juntos: "Estamos aquí tan a gusto comiendo toda la familia. Somos todos muy guapos". Otras cosas que dice: "a mí lo que me gusta es el amor".

-Un amiguito del colegio la había disgustado y ella lo contaba así: "G. me ha dicho que iba a aplasar mi casa. Le he dicho que eso no me gustaba". En general se muestra bastante asertiva cuando se tiene que defender al menos verbalmente.

-Estábamos en una barbacoa en la casa de campo de unos amigos con muchos niños y nos marchábamos. "Bueno, adiós, que nos vamos a casa".

-En Borgo Valsugana: "Pero mami, ¿por qué le gusta hacer tantas fotos a mi papá?".

-Recientemente: "Cuando estaba en tu tripa, ¿no sabíais si era chico o chica?". Le expliqué que sí y me pidió explicaciones detalladas sobre cómo se averiguaba eso.

-"Mamá, ¿cuántos años tienes?" a lo que le dije mi edad. "¿Y luego?", pues x+1 le contesté. "Ah, vas a empezar a ser vieja, pero todavía no te vas a morir y vas a vivir un tiempo más". Menos mal que la mayoría de días me dice que soy muy guapa y joven :)

-Una vez me contaba sobre su amigo G. del colegio (a veces dice que se casará con él, otras veces que no, otras veces que se va a ir con él en un cohete al espacio...). Otro día me decía "Para tener un bebé me encuentro un marido andando o por Internet, y para sacar el bebé voy al médico. Y vosotros sois los abuelos. Y me voy al trabajo y los abuelos cuidáis al bebé". En fin... aquí le expliqué que no es necesario casarse para tener hijos y que es conveniente esperar a estudiar, trabajar y tener cierta edad antes de plantearse otras cosas. De momento para ella el tema de las edades es algo bastante relativo así que mi mensaje caló de forma relativa, también.



 

viernes, 28 de julio de 2017

Vacaciones julio/17 – primera parte: Lago di Garda y Südtirol/Trentino-Alto Adagio

Día 1: avión - lago di Garda - Borgo Valsugana

El sábado 1 de julio madrugamos mucho para poder coger el avión de Madrid a Milán a las 7.30 de la mañana. Esto hizo que durmiéramos poco la noche antes. Aun así, Norah se despertó con ganas a las 5 de la mañana, cogió a su mono-oso y comenzó el viaje con entusiasmo. Quiso sentarse al lado de la ventanilla para mirar los paisajes y se pasó el viaje viendo una película en la tablet de su papá (creo que fue Zootrópolis).

Esta vez nos apañamos con dos trolleys, dos mochilas y una maleta grande, que fue la que nos tuvo esperando 1 hora por ella en Malpensa. Después tocó otra hora de espera por el coche, un Fiat 500X; Norah un par de días más tarde afirmaba que “¡en este país hay muchos Fiat!”. Inicialmente nos dirigimos por la autopista hacia el Lago di Garda. En primer lugar visitamos Sirmione, una pequeña ciudad en la península sureña del lago. Llegamos pasadas las dos y media por lo que la cocina del sitio donde fuimos a comer ya estaba cerrada aunque sí hacían pizzas. Así fue que los tres nos comimos una pizza, incluso yo (como estímulo hormético). La mía era la Lombarda: encima de la masa en lugar de tomate tenía crema de calabaza y el queso era de mozzarella de búfala. Estaba muy rica. La de Norah tenía jamón y piña y David escogió la de 4 quesos.

Luego fuimos a dar una vuelta y como hacía calor, optamos por darnos un paseo en una potente lancha con un capitán local con otros turistas, por 20 euros los 3. Dio un rodeo a toda la península y pudimos disfrutar de las vistas del lago glaciar y las montañas que la rodean. Luego no encontramos ningún sitio para tomar un helado así que cogimos el coche con la intención de bordear la costa oeste del lago de camino a Borgo Valsugana. Pasamos por Peschiera del Garda y Lazise y vimos que la costa estaba demasiado llena de tráfico y pueblos como para llegar hasta Riva del Garda.

Paramos entonces en Bardolino, un pueblo con un bonito centro medieval. Allí cayeron los primeros helado de Italia. Estando en Italia decidí comer algún helado. Escogí uno con regaliz, mango y frambuesa. Norah se comió un helado de palo de fresa y David pidió solo un sabor. Luego fuimos dando un paseo hasta la playa. Norah se comía el helado, manchándose toda la cara mientras su padre le hacía vídeo. Llegó un momento en el que Norah ya se cansó un poco: “¡Deja ya de grabarme!”. Antes de marcharnos David se pidió un segundo helado, de higos con ricotta y otro sabor. Aquí los helados costaban euro y pico por sabor.

Comenzó a llover por lo que paramos a comprar leche y fruta y tiramos hacia Borgo Valsugana, un pequeño pueblo en el valle de Valsugana, al oeste de Trento. En esta zona ya se aprecian las montañas entre cuyas laderas se cultivan uvas y manzanas en los fértiles valles. Cuando llegamos al pueblo, casi a las nueve de la noche, éste estaba vacío como los pueblos de Finlandia. Nos acomodamos en el hotel cansadísimos y caímos inconscientes más que dormidos.

Día 2 - Borgo Valsugana- La Rocchetta - Val di Sella

El hotel de Borgo era una antigua finca con habitaciones amplias y luminosas. La sala del desayuno estaba decorada con gusto. Había pastelería, pan, embutido, yogures, algo de fruta y café. Después de desayunar nos dimos un paseo por el pueblo, por el que transcurre el Río Brenta que va a parar al Lago di Caldonazzo, cerca de Trento y a otro lago más pequeño, el Lago de Lévico. Norah estaba entusiasmada con las callejuelas y los pasadizos del lugar: “Mira, un túnel misterioso mágico supersecreto”, decía en alguna ocasión. Desde allí nos dirigimos hacia arriba por una carretera estrecha de montaña siguiendo indicaciones de Google para subir a La Rocchetta, un punto de observación en la montaña, a 700 metros de altura sobre el nivel del mar. Está enfrente del monte Ciolino (donde está el castillo local) y se ha utilizado siempre como apostadero y observatorio en las guerras, tanto por italianos como austríacos. Cerca tiene cuevas donde se podían refugiar y guardar provisiones.

Después bajamos por una carretera mejor aunque con muchas curvas y nos detuvimos a comer – temprano para España pero a una hora adecuada para Italia – en la Osteria Caraco. Norah comió ñoquis, David un plato de embutido y yo pedí salmón ahumado con hinojo y un vino tinto local muy rico con matices de frutos del bosque. A nuestro alrededor se extendían valles y montañas y la temperatura era muy agradable. No hacía ni frío ni calor y el sol salía a ratos de entre las escasas nubes que filtraban su luz. David y Norah comieron postre y yo tomé un café, y en esto llegaron Alessandro y su familia Manuela, Carlota y Camila, además de los perros: el bulldog francés Bobinsky – Bobo, el bulldog inglés Luis y la golden Joy. Bobo, a pesar de ser el más pequeño, es el jefe de la manada. Con ellos nos encaminamos al Val di Sella, con obras de arte en plena naturaleza, formando parte de ésta y fusionándose con ella. Algunas de las obras recordaban a los diseños de las viviendas de los monstruos de la película “Donde viven los monstruos”, aunque no fueran del mismo autor (aunque seguramente sí se inspiraran los de la película en su obra).

Caminamos por un amplio sendero en un bonito bosque con las obras de arte flanqueando el camino que picaba hacia arriba. Norah iba tan contenta paseando a Bobo. Llegó un momento en el que los dos bulldogs no podían más y se quedaron atrás. Más tarde fue Norah la que se subió a hombros de su padre hasta quedarse profundamente dormida. Después fuimos a tomarnos un refrigerio a casa de Alessandro, donde Norah hizo amistad con un gran gato llamado Romeo. La cena con nuestros anfitriones fue en un lugar en el Lago di Lévico, donde Norah y David comieron pizza y yo una tabla de pizarra con tartar de 3 pescados diferentes aromatizados de forma fina y con alguna baya. De postre Norah y yo compartimos un helado de yogur con un montón de bayas naturales. Como cenando refrescaba bastante nos dieron unas mantas para calentarnos mientras cenábamos.

Día 3: Trento - Lago Molveno - Laives

El lunes era día de movernos por lo que recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a Trento. Visitamos el casco antiguo con su catedral y comimos en una especie de cervecería llamada Frost; salchicha para Norah, gulash y polenta para David, además de setas compartidas y yo un pescado blanco. Esto nos costó unos 55 euros. Nos tomamos un helado de postre de una heladería cercana. No estaba mal pero no fue de los más memorables del viaje. Cuando terminamos de ver Trento cogimos una carretera hacia las montañas para ir a ver el Lago Molveno, uno de tantos lagos glaciares de esta zona. En 2014 le dieron el premio al “lago più bello d'Italia” y sin duda es hermoso; es el segundo lago más grande de la zona de Trentino-Alto Adagio. Norah y yo remojamos nuestras piernas en sus aguas de 14ºC (no había nadie dándose un baño completo). Después nos subimos en el funicular para ir a admirar las vistas desde arriba. Tuvimos unos bonitos momentos de mindfulness en familia antes de bajar y seguir nuestro camino. Hicimos un alto en el pueblo de Andalo, a 1040 msnm y con solo 1010 habitantes fijos. Es un pueblo alpino que se ve que vive del esquí en invierno y de los excursionistas en verano. Compramos un imán en una tienda de souvenirs donde la dependienta se ilusionó mucho al darse cuenta de nuestra procedencia (aunque le aclaré que yo soy finlandesa). Ella era una chica española de un pueblo de Toledo que trabaja allí en verano (su novio es de ese pueblo) y decía que éramos los primeros españoles que veía allí.

Las carreteras de montaña nos devolvieron de bajada hasta el valle del Adagio y hacia nuestro hotel en Laives, un pequeño pueblo al sureste de Bolzano. David conocía el hotel por sus estancias previas allí por algún viaje de trabajo. Tiene un área de sauna y piscina bastante apañada. Así fue que, aunque llegamos un poco tarde, aún nos dio tiempo de ir a ambos sitios, aunque a Norah le gusta solo la piscina (le falta la costumbre desde pequeñita de ir a la sauna).

Esa noche, como todas las del viaje por otro lado (o casi todas, que hubo dos noches, una en Italia y otra en Finlandia, que hacía mucho calor y Norah durmió mal – y nosotros también de forma secundaria), dormimos mucho y muy a gusto. 

Día 4 - Bolzano - Lago di Carezza

A la mañana siguiente tras el desayuno (y de jugar en la sala de juegos en un minirocódromo y un panel de pulsados de colores) nos dirigimos a Bolzano. Hacía calor. Dejamos el coche en el parking de un castillo que solo vimos por fuera. Después paseamos hasta el museo de Ötzi. Norah tenía muchas ganas de verlo y la verdad es que lo disfrutó mucho. Todos aprendimos bastante de las cosas de Ötzi, de cómo vivía, de cómo murió. Era muy apañado, la verdad. Hoy en día la mayoría de los seres humanos no podría sobrevivir en las condiciones en las que lo hacía él y sus coetáneos, porque hemos adaptado tanto el medio a nuestra conveniencia que seríamos incapaces de adaptarnos a él.

Tras la visita al museo fuimos a comer a una especie de taberna germanoparlante. Norah quiso pasta, David pidió carne y yo me comí un cacho de salmón con hinojo. Ah, además tomamos ensalda de rúcula. Norah se quedó dormida en cuanto comió un poco, sentada en su sitio. Impresionante. La despertamos tras el café (por cierto, nuestro camarero se parecía a Bruno Mars) y nos fuimos a pasear: vimos las calles del centro, la catedral, y comimos algún helado. Aparte compramos algo de fruta para la noche. Por la tarde abandonamos Bolzano para ir al lago di Carezza. Nos lo había recomendado la chica de Andalo. Es un lago pequeño de un color turquesa precioso. Está vallado a su alrededor, con senderos para pasear. Si no estuviera vallado supongo que la gente lo llenaría de basura o lo contaminarían. Hay una leyenda sobre el color del lago que leímos de camino hacia allá y que a Norah le gustó mucho. Sale una ninfa, un mago un poco sinvergüenza y una bruja. Nos estretuvimos haciendo fotos, una señora estadounidense nos hizo alguna también (nos habló en castellano porque era profesora en su país, en el estado de Washington). Después de una buena sesión de fotos nos fuimos a dar un paseo por el bosque. Quise hacer una rutilla un pelín más larga y fuimos hasta donde normalmente está el “Lago de enmedio”, aunque en verano desaparece y queda un prado entre las montañas. Allí hicimos un rato de mindfulness, más fotos, escuchamos el silencio... hasta que nos marchamos para coger el coche (donde Norah se durmió de forma irremediable) para ir al hotel para la sesión de sauna y piscina.

Día 5: Merano2000 y Merano

Al día siguiente el plan era ir a ver Merano. Tras ver un poco las montañas el día anterior nos pareció buena idea subir algo más, así que cogimos un funicular y subimos hasta Merano2000. Es una estación de esquí en invierno y en verano tiene juegos para niños (a Norah le encantó la tirolina y unos trampolines), una especie de montaña rusa en una bajada de bobsleigh, y un montón de rutas de senderismo. Aparte de bajar por la montaña rusa (4 euros cada viaje, Norah iba gratis) nos dimos un buen paseo hacia arriba por las montañas. Nos dio el sol y los adultos nos quemamos un poco (Norah no, llevaba sombrero) las frentes y los brazos. Llegó un momento en el que nuestra hija estaba muy cansada pero animándola conseguimos que siguiera caminando e incluso se marcó un sprint para ir hasta el restaurante. Norah comió salchicha, David codillaken y yo huevos en realidad era una crepe) con arándanos rojos. De postre nos pedimos un pastel de trigo sarraceno y arándanos rojos (torta di grano saraceno en italiano o schwartzplententorte en alemán). Le sobraba dulce para mi gusto pero era muy rico. David además se atrevió con un café corretto que llevaba schnapps (el camarero se aseguró 3 veces de que de verdad lo quisiera) que le puso los pelos del cuerpo como escarpias.

Luego nos bajamos de la montaña a ver Merano (donde comimos otro helado y padecimos calor húmedo). Después de las montañas cualquier ciudad es un poco decepcionante). Y de vuelta al hotel para coger fuerzas en la sauna y la piscina.

Todas estas noches cenábamos en el hotel a base de fruta, frutos secos y alguna lata de ensalada y algún queso. Además teníamos leche para Norah. Nos aocstábamos al final tardecillo y estábamos en general reventaicos.

Día 6 - Riva del Garda - Milán

Al día siguiente tocaba recoger equipajes y comenzar nuestro regreso hacia Milán para coger el avión para Finlandia. Norah por la mañana lloraba un poco, decía que se lo había pasado muy ben y que no se quería ir. Se durmió un poco en el coche mientras dejábamos las montañas atrás en nuestro trayecto hasta Riva del Garda. A medio camino paramos en un castillo a la orilla de un lago precioso a tomar un café y escribir algunas postales.

Luego ya en la punta norte del lago di Garda, encajado entre montañas, David y Norah se dieron un refrescante baño. Después comimos donde pudimos (para más tarde descubrir el sitio donde en realidad podríamos haber elegido mejores sitios para comer). Dimos un paseo por Riva, un pueblo precioso, comiendo los últimos helados de Italia. Recuerdo sobre todo el último, de 3 sabores, como quizá uno de los más ricos de todo el viaje (David se comió un total de 6 bolas o plastas, yo 5, y Norah una... en fin, hay personas como ella que no necesitan tanto :p y luego estamos sus padres que para algunas cosas nos cuesta contenernos). En fin, era el último helado del viaje :)

Bajamos hasta Milán por la orilla oeste del lago y llegamos ya anocheciendo. Cuando devolvíamos el coche en el aeropuerto, un enjambre de mosquitos nos atacó y cada uno nos llevamos como 5 ó 6 picadas. Más tarde leí que Milán está infestado de mosquitos!, así que ojo sobre todo en verano.

En nuestro hotel había sauna y piscina pero llegamos tarde. David estaba un poco traumatizado por esto, y Norah le dio una charla larga sobre cómo no debía estar triste. Es más, se recreaba en el disgusto de su padre para darle consejos de forma persistente para sobrellevar la pérdida de la oportunidad de ir a la sauna ese día.

Conclusión


Y esto fue nuestra semanita en Italia. Al día siguiente tocaba dejar el hotel y coger el avión al norte, a Finlandia. Como resumen diría que esta zona de Italia es preciosa. Tiene naturaleza, montañas, buen clima (al menos cuando hemos ido nosotros), tranquilidad. Los paisajes son impresionantes y todo está verde. El lago de Garda sin duda es también un sitio para volver con más calma. En fin, que no es que se pueda andar siempre repitiendo destinos porque si no, no se ven cosas nuevas, pero es una región a la que volvería sobre todo para hacer senderismo.  

domingo, 25 de junio de 2017

Colegio 2016/17

En septiembre del 2017 Norah dio el gran salto de la Escuela Infantil o Guardería al Colegio, aunque fuera en nivel infantil igualmente. 
El primer día que fuimos a conocer a su maestra no estaba muy convencida al principio, pero al poco ya cogió confianza y a día de hoy la quiere muchísimo. Tardó relativamente poco y es que al igual que con su maestra de EI, con la del cole hemos tenido una suerte tremenda. La Maestra tiene una paciencia, un cariño y un saber hacer... habría que ponerle un monumento por controlar, enseñar y querar a 25 criaturas más o menos ruidosas de 3 años, bueno, ahora ya 4. 

La primera semana de colegio había adaptación: el primer día una hora 8 niños, otro día otra hora, otro día dos horas... y así progresivamente hasta llegar a las 4 horas. Posteriormente ya tocaba comedor y extraescolares. Con mi jornada reducida Norah entra al colegio a una hora soportable; tiene algunos compañeros que tienen que entrar a las 7 de la mañana. Cosas de horarios de trabajo.

Ese primer día iba seria, se aguantó el llanto, y allí que se quedó y se fue a mirar un cuento. A la hora, cuando la fui a buscar, salío corriendo, contentísima diciendo que había estando jugando con un montón de amigos. Y desde entonces, cole a diario, con muchos amiguitos, mucho juego y mucho aprendizaje. En el colegio trabajan por proyectos y es muy enriquecedor para los niños y los padres también participamos y aprendemos cosas. 

El primer curso trabajaron primero un cuento, "A qué sabe la luna" y estudiaron al ratón (al animalillo). Después tuvieron un trimestre entero sobre los indios norteamericanos. Esto a mí me gustó mucho porque a mí de pequeña (y no tan pequeña) me fascinaban (de hecho quería ser india de Norteamérica). Ella tenía su nombre indio (Luciérnaga Sentada) y yo el mío (Flor Corazón Sentado) y su papá el suyo (Oso Peludo Sentado... o era Oso Sentado a secas???). El último trimestre era sobre cosas de alimentos, compras de comida,... 

Hicieron alguna que otra excursión: una al teatro para ver algo de unos cerdos. También fueron al zoo donde David tuvo la suerte de poder ir de acompañante. La última excursión fue a la granja donde ¡hasta montaron en burro!

Otra cosa muy chula es que se fomenta la lectura de una forma que estimula a los niños sin agobiarles. A Norah le gustan mucho los libros (de dónde lo habrá heredado... :p). Su cuento de por la noche no hay quien se lo quite, y eso está bien. Es asidua a la biblioteca y cada dos semanas Además tienen la biblioteca viajera. Los libros del año pasado fueron:
1. Algo de un dinosaurio... éste al final le tocó en el sorteo y se lo trajo a casa.
2. A qué sabe la luna (éste se lo compré porque le gustaba mucho).
3. Que viene el lobo (pero el lobo no es malo, sino que le hacen sus amigos animales una fiesta de cumpleaños de sorpresa!).
4. Elmer (un elefante de colores que quiere ser como los demás...).
5. Qué hace el cocodrilo
6. Zorro viene a cenar
7. Cerdo se come al lobo
8. Cómo atrapar una estrella
9. Cómo lavar un mamut lanudo
10. La broma (era sobre un ratón)
11. De éste no me acuerdo ni lo apunté :|
12. No muerdas Dudú (es de un cocodrilo que mordía)
13. Horrible monstruo verde
14. Otro de un monstruo
15. El cocodrilo al que no le gustaba el agua
16. Guille y los monstruos
17. El monstruo, el ratón y yo

En cuanto a extraescolares, Norah iba a Predeporte y a Inglés. En predeporte aprendió las bases de varios deportes. A ella le gustaba mucho el fútbol pero tampoco nos parecía muy sensato limitarla tanto de inicio. Más tarde le ofrecieron apuntarse al equipo de Infantil pero implicaba jugar los sábados y demás así que de momento pasamos. 

En resumen, a Norah le encanta el colegio, la maestra, los amigos, todo lo que aprende... siempre va contenta y en vacaciones o fines de semana incluso llega a decir que quiere ir al cole.

martes, 11 de abril de 2017

Celebración del 4º cumpleaños

Hace un par de semanas Norah cumplió 4 años. Durante estos 4 años ha habido veces que los días pasaban despacio pero visto ahora, los años han pasado muy rápido.
Como no conocemos con detalle a otros niños de su edad, a menudo no sabemos si las cosas que dice y hace Norah son las que tocan por edad o si es "especial"; para nosotros lo es, lógicamente. El contenido de sus conversaciones es fascinante y hace preguntas que a mí ni se me ocurrirían y que a menudo resultan difíciles de responder.
Le gusta muchísimo pintar y lo hace muy bien. Dibuja y pinta personajes y flores. Por mi cumpleaños me regaló un cuadro donde salíamos su papá, ella y yo y es precioso. A su padre le hizo algo más peculiar con una tortuga, y a la abuela también le regaló un cuadro. Lo curioso es que nos pidió de regalo de cumpleaños un cuadro pintado por David y yo: "Que salgamos papá, tú y yo en el parque jugando al pilla-pilla, con los árboles, las flores, el sol, los pájaros y la casa". Y se lo hicimos, aunque yo no pinto nada bien. Se quedó emocionada mirando el cuadro y le gustó mucho. Claro, ella pinta a menudo cosas y nosotros casi nunca.
La semana de su cumpleaños contaba los días que faltaban, uno detrás de otro. Ya sabe distinguir en el calendario de la cocina pefectamente los días y contar los que faltan para un evento determinado que de un tiempo a esta parte señalizamos con pegatinas. En el día de su cumpleaños puso una de un cubo de leche y un huevo, "Porque como no hay pegatinas de tarta y las tartas llevan lácteo y huevo, pues es mi cumpleaños". 
Ese día le tocó ser la cumpleañera de la clase e invitar a los compañeros a desayunar, poniéndose una corona. Por la mañana la llevó David al colegio; empezó a nevar y entusiasmada exclamó: "Mira, el cielo me regala la nieve". De camino al colegio salió al sol: "Mira, sale el sol a felicitarme". Y por supuesto su amigo el perro Golden la saludó y felicitó antes de llegar al cole. Como le dije a David y a quien quisiera escucharme: los adultos necesitamos años de meditación budista zen o mindfulness para vivir el momento así y agradecer las pequeñas y hermosas cosas de la vida. Ojalá nunca pierda esa capacidad de disfrutar de la vida.
Por la noche le dimos su regalo del cuadro, además de unas tijeras de "niña mayor", un juego de palos y bolas magnéticos y un libro sobre el Bosco (pena que esté en alemán... en fin). Y le llegó una tarjeta postal de Aurora con unas pegatinas de los Muumi.  Además quería un dinosaurio que fue a comprar con los abuelos y que se quedó en la salita durante 3 semanas sin abrir. Tiene un aguante y una paciente que ni muchos adultos. Además quería "ropa" (de invierno, a lo que le dije que el invierno se acababa... "No pasa nada mamá, de todas las estaciones entonces"). Su abuela la llevó de compras ese fin de semana. Además Ruut - mummi le hizo una rebeca rosa a mano que le queda muy bien. Además ese fin de semana se le regaló un Twister y unas estrellas y planetas luminosos (tía Raquel y Niko).
Realmente la celebración fue este sábado pasado con una barbacoa en casa a la que vinieron los abuelos, Ruut - mummi, la tía Kris con el tito Juan y la tía Raquel con Niko. Fue ella misma la que dijo que quería barbacoa "para comer maíz, chichi (carne) y salchicha". Además hicimos dos tartas (de las mías, sin azúcar ni harina): una de fresa que decoró ella misma y otra de chocolate con decoración de mandarina (también ella). Ya tenía muchas ganas de abrir los regalos así que recibió el dinosaurio (con entusiasmo "esto sí me gusta!") que es un T. rex de la película Arlo, unas zapatillas de luces, "una selva de montar" que también había pedido (y que estuvo montando un buen rato con tíos y tías), un lienzo de la tía Kris con unas jirafas mamá y bebé (le gustan mucho las jirafas) y una estrella de su día, a 138ipico años luz ("mamá, tú y yo nos hacemos astronautas y nos vamos a ver la estrella"). (Y creo que no me dejo nada... probablemente sean demasiadas cosas pero... la única hija, nieta y sobrina... es lo que tiene...).
Además vimos un video realizado por David con el recorrido vital de Norah desde que era dos gametos (fotos de mamá y papá), hasta que estuvo en "la tripa de mamá", de bebé y estos 4 años; debo decir que David ha hecho esas fotos de forma paciente y frecuente durante estos años, y al vídeo le dedicó chorromil horas. Así fue que se emocionó más de una y uno viéndolo. A la propia Norah también le gustó.
Han sido 4 años muy intensos. El tiempo pasa muy rápido. El año pasado se nos pasó que no nos dimos ni cuenta. Es verdad que hay días que nos acostamos todos hechos polvo de la intensidad del día. Es cierto que aunque Norah conoce ya muy bien sus emociones, a veces la desbordan y el enfado no tiene medida. Afortunadamente la intensidad del momento luego se le pasa y es capaz de retomar las actividades sin más, haciendo autocrítica de la "rabietilla" del rato previo. Como en el colegio y en todas partes es muy contenida y correcta, a veces necesita desahogarse un poco y sabe que la queremos y que con nosotros puede. Pero en general es una niña ocurrente, sonriente, divertida, que disfruta jugando, aprendiendo, ayudando y con la familia.
Quizá gracias a ella en gran parte este año la primavera la veo más hermosa que nunca; ella ve las flores, escucha los pájaros ("escucha mamá, canta el mirlo que es tu pájaro favorito"),  y dice son gran sabiduría "en primavera tiene que hacer sol y frío y lluvia, porque así es la primavera y crecen las plantas".  Ella nació en primavera y los tulipanes me recuerdan a los días previos a su nacimiento, así como los patitos pequeños nuevos me recuerdan a sus primeros paseos en el parque. Un día, de camino al colegio, yo iba un poco pocha por algo. Ella me señalaba los árboles del camino con sus hermosas flores moradas y rosadas y los pétalos en el suelo: "Mira mamá, un camino de flores para ti, para que te pongas contenta". ¿Quién no se animaría con eso?

martes, 4 de abril de 2017

Cosas que dice Norah V

-Norah a veces dice cosas que me ponen los pelos de punta... La primera vez que yo la llevé a la escuela de baile, al rato de que se metiera en la clase me fui al pasillo y miré por la ventana de la puerta de clase a ver qué hacían. Entre el reflejo, la ventanita que es pequeña, y que estaba reconcentrada atendiendo a la profesora era IMPOSIBLE que me viera. Pues aun así, cuando salió de la clase me dijo... "Mamá, tú estabas mirando por la ventana." En fin... ¿sexto sentido? ¿Excelente visión periférica?
-Un día en octubre estábamos ya para tomar el postre de la cena y me dijo "Mamá siéntate aquí que vamos a hablar un poco". Nos sentamos una enfrente de otra en las sillas de la cocina. Y me dice... "Cuéntame qué has hecho hoy en el trabajo, qué tal te ha ido?". Así que le estuve contando cosas, ella asentía, hacía ruiditos... atendiendo como una persona adulta. No sé si de verdad le interesaba o es que quería hacer ver que se preocupa por mí.
-Sobre los niños que pegan (alguno de su colegio): "Los niños que pegan no son malos, sin niños. Los ladrones son malos."
-Un día (noviembre) de camino al colegio venían unas niñas y su madre con sus mochilas de ruedas, que llegaban tarde y nos adelantaron. Norah dijo "Casi que nos atropellan con esas maletas y entonces papá se queda sin hija y sin mi mamá".
-Andando por la calle (el mismo día de las maletas): "Tengo un truco. Por ejemplo, si me voy a tropezar con esa línea me echo para atrás y ya no me caigo.". (Se refiere a las rayas entre las baldosas de la acera.
-En diciembre estábamos en una casa rural en un pueblo pequeño en Valladolid. Pasamos por al lado de un cementerio y entonces Norah me preguntó que qué era. Le dije (en finés claro) que era un cementerio. Me miró y me dijo que qué era eso. Le expliqué que ahí se enterraba a los muertos. Y me preguntó si ahí estaba el "otro abuelo". Desde poco antes de esa fecha le ha dado por preguntar cosas sobre el "otro abuelo" y sobre la muerte. El otro día yo me tenía que hacer una prueba y le dije que me iba al hospital. "Te van a poner el pedete de elefante?", me preguntó (como a ella cuando le pusieron anestesia general para la resonancia). Le digo que sí. Me estuvo preguntando que por qué me hacía la colonoscopia, que para qué era... se lo expliqué en versión sencilla. Entonces me preguntó: "¿Y te vas a morir?". Le dije que cuando fuera muy vieja. "¿Cómo de vieja?"; le contesté mal, porque como le dije que tan vieja como Papá Noël... me dice: "¿Papá Noël se va a morir?".... en fin,... le dije que no, que cuando fuera más mayor.

lunes, 6 de marzo de 2017

Frozen On Ice

Frozen fue la primera película que vio Norah. Y la vio muuuchas veces. Nosotros con ella, claro. Nos sabemos las canciones de memoria. La veíamos en inglés, por lo que en castellano nos suena raro. Además de ver la película, Norah tiene un libro contando la historia de Frozen, y otro que se llama Frozen Fever (sobre la fiesta de cumpleaños de Anna). Olaf de siempre ha sido uno de sus personajes favoritos. Tantos es así que tiene un Olaf de peluche desde hace más de dos años. Cuando se le regaló, era más grande que ella. Fue un regalo de Navidad de Papá Noël y en su momento le hizo muchísima ilusión, no se lo podía creer.
Por otro lado Norah tiene un vestido (prestado gentilmente por una compañera de David) de Anna, que se ha puesto un par de veces y con el que siempre le sale una sonrisilla entre tierna y traviesa. Además tiene diverso material de Frozen: una taza, un vaso, 2 platos, un bol, un pijama, un par de camisetas, una regla, una goma, un lápiz, un libro de colorear, una braga, calcetines, ropa interior, guantes, gorro... En fin, hasta ahora no me había dado cuenta de todo lo que tiene :p y seguro que me dejo algo...
Aun así, últimamente no hemos leído el libro ni hemos visto la película. En realidad, hace mucho que no quiere ver películas. Desde luego que no en el cine (dice que ya cuando sea mayor, que en el cine hay mucho ruido y no le gusta) ni en casa (no sale de algún capítulo de Peppa Pig, Patrulla canina y poco más). 
De todos modos, cuando vimos que venía Frozen On Ice, con una representación de la historia de la Reina de Hielo ¡sobre patines!, consideramos que sería un evento interesante al que acudir. En realidad, quizá la madre de Norah (ésa soy yo) fue la promotora principal de la idea (en un intento de rememorar mi historial de patinadora en mi infancia). Un compañero de David con su mujer y su hija de la edad de Norah también vendría con nosotros.
En los días previos al evento hemos hablado un poco de ello: que si Frozen On Ice esto, que si lo otro... Intenté convencerla para leer el libro un día o ver la película, pero nada... No le hacía mucha gracia. Sí pusimos una pegatina de una flor de nieve azul en el calendario de la cocina y estos últimos días ya contaba cuántos faltaban aún para el evento. Ella iría con su vestido y su amiga, con el de Elsa.
Y para allá que nos hemos ido esta mañana. Norah hoy decía que no era Norah, que era Anna :) Nos sentamos en nuestros sitios en espera del inicio del espectáculo. "Señoras y señores, niñas y niños!, quedan 3 minutos para empezar Frozen On Ice." Norah (perdón, Anna), estaba un poco seria. La aparición en escena de Micky, Minnie y Goofy la mantuvo impertérrita. Luego, fueron saliendo diversas princesas Disney (aaaarghhh. el rollo princesas me da algo - bastante de rabia...) patinando. 

Entonces... Frozen!, Arendelle! Con Elsa, Anna, Sven, Kristoff, Olaf, Hans, el Duque, los trolls... La verdad es que los patinadores patinaban muy bien, las canciones - a pesar de ser en español - eran las de siempre y las luces y la música ambientaban el espectáculo de forma magnífica. La inmensa mayoría de niñas iban vestidas de Elsa, aplaudían, cantaban y bailaban (los niños no iban disfrazados de nada, curiosamente...). Norah me agarraba una mano, con su estilo particular de rascarme un dedo o clavarme una uña. No me soltó la mano en todo el rato que duró la obra. Se lo pasaba bien, perto en general se mantenía seria en todo momento, con una gran concentración. Casi no aplaudía, desde luego que no bailaba, aunque sí se rió un poco en algún momento. Al preguntarle, sí afirmaba estar pasándoselo bien.
Llegó el final. No me pilló de sorpresa ver el rostro trastornado de mi hija, con cara de entre tristeza y enfado. No quería hablarme ni que le hablara. Había que irse y le pregunté si estaba enfadada. Decía que sí y que quería que hablara con ella. Pero como no nos podíamos quedar, David la cogió en brazos y nos fuimos. Al rato ya se le pasó el enfado/tristeza y nos fuimos por la calle tan contentos todos hablando de lo bien que había estado... Y así pasamos la tarde, comiendo y dando un paseo por el parque luego.

A la hora de recoger el coche, tuvimos que volver al sitio donde había sido el espectáculo. Norah decía "Mira, ahí es Frozen On Ice!, y ahora dónde están?". Y tan contenta. No fue hasta que no salimos con el coche del parking que empezó a poner de nuevo cara triste, a decir que "Yo quería estar todo el rato viendo Frozen On Ice" y a llorar con mucha congoja. Decía que estaba muy triste. Lloraba con grandes lagrimones resbalándole por las mejillas hasta la boca. Y le duró todo el camino a casa. En casa se tranquilizó un poco viendo los vídeos y cenó cansada pero contenta. 
Por la noche de nuevo se ha acordado y le ha vuelto a dar la tristeza de acordarse de lo que le ha gustado Frozen On Ice y que quería quedarse ahí viéndolo todo el rato...

Cada persona y cada niño es de una manera. Norah tiene una sensibilidad particular para algunas cosas (como cuando va por el parque observando las cosas y oliendo las flores). El cine no lo tolera no sólo porque haya ruido. Las pocas veces que hemos ido ha salido muy emocionada, llorando, trastornada... Hoy, veía el espectáculo con mucha intensidad, concentrada, seria... Y luego, más tarde, todas las emociones la han embargado. En fin... me ha resultado curioso, porque la inmensa mayoría de niños y niñas en el recinto aplaudían y estaban contentísimos aunque hubiera acabado. En realidad la entiendo bien. Yo misma cuando alguna vez he terminado un libro o una serie que me ha gustado mucho (como Battlestar Galactica o Fringe o Continuum) he sentido mucha pena (con los libros menos porque no me importa volver a leerlos y recrearme pero con las series es distinto). Quizá sea algo similar, no lo sé.

Le he hablado por la noche de Eurodisney. Un lugar al que no me apetecería nada ir. Pero no sé si acabaré(mos) claudicando en un futuro a medio o largo plazo. Porque ver la ilusión de Norah es verdad que es una gran alegría.