Este año Norah está viviendo sus segundas Navidades. El año pasado era pequeñina, y quizá no se enteró mucho. Tuvo bastantes regalos, le gustaron (mucho) las bolas del árbol, fue a ver la cabalgata (aunque no le terminó de hacer mucha gracia). Se disfrazó de Papá Noël en la Escuela Infantil, y estuvo en el mercadillo navideño nórdico en la Iglesia Alemana. Lo contábamos con esta escueta nota en el blog:
"En las Navidades se lo ha pasado muy bien porque ha habido mucha familia por casa (la abuela Ruut, la tía Kris y el tío Juan, además de estar nosotros más en casa y ver a los otros abuelos, a la tita Raquel y a Andrés). Sus primeros regalos han sido su parque con 250 bolas!, su mono para el frío, la chaqueta hecha a mano de la abuela (con gorro y bufanda), varios libros, y un correpasillos. Le gustan mucho los libros: señala los dibujos con el dedo mágico y suelta su "aahhh" o lo que sea."
Normalmente ponemos el árbol con bastante antelación, pero este año la primera señal de Navidad para Norah ha sido… ¡la fiesta de Navidad de la escuela! Tocaba disfraz de pastorcilla: falda roja, camisa blanca y chaleco negro. Iba muy muy guapa. Los padres nos colocamos en un lateral del aula y los niños (los bebés iban de angelitos y los de 2 a 3 años de reyes magos, los compañeros de Norah de pastores como ella) fueron entrando con sus maestras con caras de agobio y llantos (no me extraña ante la cantidad de adultos bergantes fotografiándoles que había). Norah iba la última de su clase, seria, desconfiada y observadora como es ella (si alguna vez llega el Apocalipsis Zombie, mi hija podrá huir con nosotros siguiendo nuestras instrucciones). Se sentaron en el suelo, y empezó la música y ¡hale!, más ruido. Norah se mantenía sería pero llegó un momento en el que empezó a torcer el gesto, hasta que comenzó a llorar y se refugió con Maite. Luego ya se tranquilizó y nos saludaba con la mano (antes a mí no me había visto aunque a David sí) toda contenta, y llegó a ser la única que bailaba. Le cogía la mano a Daniela (que se dedicaba a acosar a Gabriel), le comentaba algo a Hugo (que pasaba de todo, como si no fuera con él)…
Y ya esta semana nos hemos metido en materia. Desde el martes 23 tiene sus minivacaciones y están aquí la abuela Ruut y además los abuelos Eugenia y David vienen a diario. En Nochebuena Norah fue vestida TODO el día con un vestido de tonttu. A primera hora de la mañana, en el desayuno, se metió unos buenos bailoteos con villancicos finlandeses. Por la tarde pusimos el árbol de Navidad para su gran regocijo, sobre todo por las bolas que tiraba con ímpetu por el salón, aunque luego las colocó muy bien. Y después… ¡vino Papá Noël!, que efectivamente era papá. Sin embargo, entre el traje, la barba y el gorro Norah mostró el mismo temor y desconfianza que el Papá Noël desconocido que vimos en Illescas. Al principio no le quería aceptar el primer regalo, hasta que no se quitó la barba y el gorro.
Luego ya sí quiso los regalos: lo primero, un Olaf de Frozen de 60 cm (como ella de grande más o menos). Fue muy emotivo ver lo contenta que se puso, diciendo "Olaf, Olaf, Olaf", dándole besos, abrazándolo, enseñándole sus libros… Luego los otros regalos también le gustaron mucho: un juego de construcción con bloques, un juego de puzzles y figuras, un puzzle de Frozen, un libro para aprender a contar, un forro polar, un suéter con bufanda hechos a mano, unas velas con renos, una pelota de Frozen. El abuelo David le ayudaba a abrir los regalos. Estaba entusiasmada!, y ahora juega con todas las cosas, y lleva a Olaf a todas partes.
Resulta que estos días está con tos y mocos, y como tenía laringitis con la voz súpertomada, le di una monodosis de Prednisolona… en buena hora!: aunque le mejoró la garganta, en Nochebuena estaba hipomaníaca por ello y se acostó más tarde que yo!, a la 1 de la medianoche. Estaba como cuando un amigo bebe un poco de más y está gracioso… pues así. Súperactiva, chistosa, graciosa, con una energía desbordante. Como endrogá. (Nota mental: intentar evitarlo en la medida de lo posible.) (Por cierto que el otro día le dio un súbito dolor de garganta y pidió subirse a la habitación, señaló el Ibuprofeno y nos pidió que se lo diéramos… y se lo tomó ella solita. Alucinante.)
En cuanto a las comidas de Navidad, le gustan mucho los joulutähti finlandeses (unos pastelitos de hojaldre en forma de estrella con mermelada de ciruela en en centro), unas galletas de jengibre caseras que hice (sin trigo ni azúcar), y también el arroz de navidad finlandés y el guiso de guisantes finlandés á la papá.
¡Aún quedan Navidades y familia que disfrutar!