domingo, 28 de septiembre de 2014

Dientes

A Norah le empezaron a salir los dientes allá por noviembre del año pasado. El primero que le salió fue el incisivo lateral superior derecho; luego, el incisivo central inferior derecho, seguido del incisivo central inferior izquierdo. Eso, hasta enero. Entre enero y marzo le salieron los incisivos centrales superiores, primero el derecho y luego el izquierdo. Y ya entre marzo y junio completó con los incisivos laterales que faltaban, primero el lateral inferior izquierdo y luego el derecho, y por último el lateral superior izquierdo. 
Después ha estado un tiempo sin "echar dientes". Ahora en agosto comenzó con los segundos molares primarios, todos más o menos a la vez. Los colmillos le han empezado a asomar ahora en septiembre.

Cuando es el momento de echar los dientes, la verdad es que hay noches que lo pasa mal, a veces babea muchísimo… Afortunadamente hasta ahora no ha sido una nena mordedora y esperamos que siga así. A pesar del mal ejemplo de un compañero de la guardería, que le mordió en el bracito un día… :s Y a pesar de que la abuela siempre se la quiere comer :p y papá es de los de morder (con cariño, eso sí).


Helado y orientación; vuelta al cole

A Norah le gusta mucho el helado. Ya lo probó un poco a los 6 meses, aunque entonces no se le podía dar mucha cantidad. Este verano en Finlandia también le dábamos un poco. Pero ha sido posteriormente, durante los calurosos julio y agosto de la meseta, cuando la llevé por primera vez a la heladería de cerca de casa a comprarle un helado para ella sola (bueno, no era la primera vez pero sí la primera en que el helado era para ella sola). En realidad, no la llevé yo, me llevó ella cogiéndome de la mano. Me arrastró hasta la puerta y ya allí me pidió subirse a mis brazos porque había gente. Se esperó pacientemente a que terminaran de atender a los clientes que teníamos por delante. Entonces, señaló el helado de mango, un vasito, me cogió la moneda y le pagó al muchacho su helado. Y luego nos sentamos en el parque y se lo comió ella sola disfrutando muchíiiiiisimo; hasta entonces siempre tenía que compartir los helados.
Lo sorprendente es que a partir de entonces (o desde antes probablemente) se sabía perfectamente el camino hasta la heladería, que está como a 700 m andando (según Google Maps). Así, algún día que salíamos a pasear su objetivo último era llegar hasta la heladería, llevarnos de la mano a la puerta, pedir brazos, luego mostrar el helado que quería y a disfrutar! 
Por desgracia esa heladería ahora ha cerrado :( En cualquier caso algún día le hemos dado helado en casa y también le ha gustado. Hoy hemos ido a comer a un restaurante y yo de postre me he pedido un Magnum de fresa. Le he dado a probar, Norah se ha puesto nerviosísima y contentísima, me ha arrancado el helado de las manos y se ha puesto a comérselo con fruición y auténtica felicidad. Cerraba los ojos de lo que le gustaba, se reía, se lo comía a dos manos :) Yo me he pedido otro, claro.

Lo que me llama la atención es que una niña tan pequeña tenga tal sentido de la orientación. A la guardería sabe llegar desde hace mucho. También sabe llegar incluso aunque se vaya por otro camino. El día último de las vacaciones me llevó de la mano hasta ahí, subió la escalera y se asomaba por la verja porque quería entrar. Y el caso es que este curso ha entrado contentísima. Va encantada a la guardería, señala el logo del uniforme y de la guardería y dice algo en su idioma que no entiendo. Se queda contenta con sus maestra y la cuidadora, y se lo pasa bien con los amigos. Han empezado también con el inglés y parece ser que también le gusta mucho. Es una suerte que tenga a una maestra tan cariñosa y que se lo pase bien. El año pasado se quedaba llorando la mayoría de los días y aunque luego se le pasara pronto, para mí era muy duro dejarla así. 

Pero volviendo al tema… de verdad es normal que tan pequeña tenga ese sentido de la orientación???

viernes, 26 de septiembre de 2014

Hablando con Norah

Pues no! Todavía Norah no sabe hablar... por lo menos en un idioma que sepamos entender nosotros. Se puede tirar un cuarto de hora haciendo un "speech", que por otro lado siempre parece siempre ser muy interesante, donde parece que te cuenta cosas que le han pasado... imitando voces de otras personas, gesticulando con las manos y riéndose cuando es algo gracioso. Pero lo que es entender entender... no la entendemos ná!

Y la verdad es que ya va dando ganas de poder hacer que la comunicación sea bidireccional, porque hasta ahora ella es la única que entiende todo lo que le decimos, independientemente de que se lo digamos en Finlandés o en Español. Una cosa curiosa, y que demuestra que sí entiende las cosas por sonar como suenan y no es que esté interpretando nuestro lenguaje verbal, es que si se lo decimos en Inglés no se entera.

Hablando del Inglés, en la guardería ya han empezado a enseñárselo... con un método que se llama "Kids and us" y del que yo tengo serias dudas que sirva para algo. No lo veo tan efectivo como dicen ellos que es, y tampoco me gusta lo que parece ser una descarga de responsabilidad de los profesores sobre el avance que demuestren los niños, ya que si tu niño después de dos años con el programa no ha aprendido inglés o saca malas notas en inglés en el colegio es: 1) porque no has compartido con él las horas que tienes que hacer escuchando el CD, 2) porque tu hijo sí sabe inglés pero no sabe hacer un examen de inglés. En fin, ya se verá.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Durmiendo y comiendo en el viaje de Finlandia

Cuando planeábamos el viaje a Finlandia, me preocupaba un poco cómo se adaptaría Norah a estar todo el día por ahí, fuera de su ambiente… sobre todo por el tema de dormir y comer. Y resulta que se adaptó estupendamente. Como había días de bastante coche, se echaba siesta en el coche casi siempre al lado de la abuela (aunque alguna vez le costaba quedarse dormida como no fuera por la repetición cansina del Hämä-hämähäkki). En la cabaña también se echaba unas buenas siestas mañana o tarde, según estuviéramos por ahí. La primera noche nada más llegar a Helsinki, se quedó roque en la Manduca mientras cenábamos en el Zetor. Y cuando le compramos un carrito para el viaje, se dormía en él. A veces con llanto previo, pero en general bien. Por las noches también se quedaba dormida rápidamente previa toma de leche, agotada de estar todo el día con estímulos y cosas nuevas. Lo malo es que en el hotel siempre nos teníamos que quedar uno o los dos con ella, pero ya habrá viajes en los que salgamos más por la noche. En la cabaña sí la dejábamos durmiendo arriba mientras nos metíamos una barbacoa entre pecho y espalda. Cierto es que en el viaje los horarios se le desmadraron, pero precisamente el cambio de horarios formaba parte de su adaptación al viaje.
En cuanto a las comidas… bueno, nunca ha sido de mucho desayunar, salvo para la leche (pero no recién levantada). Algún día tomaba algo (sobre todo arándanos si los había!), pero en general poca cosa. Sí que comía lo mismo un potito o cosas que le diéramos de nuestra comida. Probó el reno, los muikku o corégonos y el helado de pera. Cogió auténtica amor a los arándanos (se los metía en la boca a puñados - aunque de uno en uno - y se los quedaba ahí sin masticar ni nada… luego los descomía enteros por abajo :p). La verdad es que siguió comiendo como siempre, como es ella: un día mucho, otro día menos, otro día poquísimo, otro un montón. Y claro, seguía tomándose su litro de leche diario.
Otra cosa curiosa de este viaje fueron los sitios raros donde le tuvimos que cambiar el pañal en alguna ocasión: en el suelo en el aeropuerto (tanto en Madrid como en Helsinki) - tuvo el buen ojo de no hacer aguas mayores en el avión -, en la planta de arriba de un restaurante medieval en Tallinn, en un saliente de una sala circular del castillo de Olavinlinna, en un baño pestosillo de un Viking Line camino de Tallinn… a ella la situación le parecía hacer gracia, y no protestaba como lo hace a veces ahora en casa. 
La verdad es que con el tute que le dimos aguantó como una campeona. No podemos quejarnos de compañera de viaje!, que muchos adultos se/nos vuelven/volvemos más insoportables en los viajes que nuestra querida Norah. 

martes, 9 de septiembre de 2014

Norah y la Música (I)


A pesar de que Norah tuvo una au-pair que por cuestión de creencias religiosas no podía escuchar música moderna (a pesar de tocar ella un instrumento), parece que no ha influido en su gusto por todo tipo de música. 

Ya desde pequeña, y después de que nos dejara nuestra querida au-pair, ya que por respeto intentábamos no poner mucho la tele, comenzamos a poner a Norah con relativa frecuencia vídeos musicales de distintos grupos musicales actuales... cosa que comenzó a gustarle mucho y que al final terminaba pidiéndonos... pero sólo de los que le gustaban.

Al principio comenzamos con Timber (de Pitbull y Kei$a) y terminó conociéndose la canción de memoria, no porque la cantara, ya que todavía no sabe hablar y cuando canturrea tampoco se puede reconocer ninguna canción, pero sí porque cada vez que llegaba el estribillo ella se podía de pié para bailar o 10 segundos antes de terminar siempre te daba el mando del AppleTV para que se lo pusieras otra vez.

Pitbull - Timber ft. Key$a 

Más tarde fue ampliando su repertorio de canciones y playlist a reproducir cada vez que pedía que le pusieramos los videos del AppleTV.

Enrique Iglesias - Bailando (Español) ft. Descemer Bueno, Gente de Zona 

Shakira - La La La (Brazil 2014) ft. Carlinhos Brown

We Are One (Ole Ola) [The Official 2014 FIFA World Cup Song] (Olodum Mix)

Sia - Chandelier

LOHTU - Live Aid Uusi Lastensairaala 2017

Es sorprendente que identifique cada una de las canciones desde la misma aplicación del AppleTV y que cuando se están reproduciendo la forma de bailarlas y moverse es distinta en cada una.

Pues como decía, más o menos a día de hoy estas son las canciones que más le gustan a Norah y que pide siempre ver. Si tratas de ponerle otra te dice que no con la cabeza y la mano y te da el mando para que la cambies. 

El gusto por la música le fue descubierto concretamente el años pasado (2013) durante la fiesta medieval que se celebra en Puebla de Sanabria todos los años alrededor del 15 de Agosto. Allí, como es típico, van diversos grupos de música populares que tocan canciones tradicionales. En este caso tocadas con gaitas y tambores. 

Pues aquel año, estábamos en la zona del castillo, viendo los puestos de cetrería y enseñándole las aves rapaces a Norah, cuando llegó el grupo de música tocando los tambores y las gaitas. Norah se quedo sorprendida pero entusiasmada y al ver a la abuela Eugenia cómo bailaba se puso a hacer lo mismo... más o menos, porque recuerdo que por entonces ni siquiera podía caminar. Así que allí se pusieron las dos, la abuela cogiendo en brazos a la nieta, bailando como locas, dando saltos y vueltas. Norah no pasaba de reir... pero esa risa que recuerda a los leprechaun (duendes pertenecientes al folclore y tradición irlandesa).

Ahora ya sabe andar, correr y la técnica que utiliza para bailar la ha depurado bastante :D Solo hace falta oír una melodía por ahí para que se ponga a bailar... da igual el lugar, ya puede ser el Fnac como un rastrillo de barrio... y como vea que la estás mirando no tardará en pedirte que le des las manos para bailar también contigo (y así si piensas que está haciendo el ridículo que seais dos los que lo haceis).

La música clásica también le gusta. Se la solemos poner en el coche cuando se pone un poco nerviosa y empieza a llorar. Dicen que la música amansa las fieras y parece que funciona!!!

La verdad es que me alegra que tenga ese gusto por la música y espero que lo conserve cuando sea mayor.