Supongo que todos los bebes son un poco especiales a la hora de intentar realizarles alguna tarea de higiene. He oído que algunos no soportan que les sequen el pelo con secador (no se si por el ruido, por el calor o por el aire) o que otros se ponen verdaderamente nerviosos cuando los intentas vestir o a la hora del baño cuando les echas agua por la cabeza.
Con Norah, hay una serie de tareas con las que sus padres lo pasan un poco mal. Estas són:
- peinarla después del baño, aunque últimamente está dando bastante tregua y parece que el truco ha sido darle el juguete idóneo con el que se entretenga
- hacerle un "kiki" en el pelo, tarea ardua difícil de realizar que sólo puede ser llevada a cabo por especialistas cualificados como las abuelas o sus profesoras de guardería.
- limpiarle los mocos, tarea que en un principio parece tolerar pero que cuando se repite varias veces deja de gustarle tanto.
- limpiarle las legañas de los ojos, cuando era pequeñita y le teníamos que hacer masaje en el conducto lagrimal sí se dejaba pero ahora que le toquen los ojos no le gusta nada nada.
- tomar la medicina por vía oral, en un principio la pobre en el momento que te veía la jeringuilla que usamos para ello y sabía lo que había y abría la boca con resignación para tragar el "apiretal", pero ahora ya sabe lo que le toca y rápido comienza a removerse y llorar... lo bueno es que llorar y mantener la boca cerrada es difícil de hacer (técnica que depurará en el futuro como buena finlandesa que es), así que aprovechamos ese momento para descargar la jeringuilla.
Pero con la tarea con la que sus "Papis" lo pasan especialmente mal es sin duda una: "cortarle las uñas". Norah nunca se ha ha dejado tocar las manos... Ella es siempre la que te tiene que agarrar a tí, pero nunca se deja que la agarres a ella. Quizás jugando pueda dejarse unos segundos (si estas haciéndole dar palmadas o algo así) pero por lo general no permite que nadie le coja las manos.
Esto viene siendo un problema cuando una vez por semana aprox. hay que cortarle las uñas porque crecen super rápido. Además, sus "Papis" ya saben que es una tarea complicada tienen a dejaaaarlo y dejaaaaaaaarlo ... hasta que al final tienen que ponerse un día límite, "hoy sin falta hay que cortarle las uñas a la enana" y que suele coincidir cuando las manos de Norah son más peligrosas que el guante de Freddy Krueger. Ese día es el que se lanza la operación "Tijeritas rosas" y con nocturnidad y alevosía un agente especializado espera a que el objetivo (Norah) caiga rendida en los brazos de Morfeo, para introducirse sigilosamente en su cama provisto de una linterna en la boca y unas tijeritas rosas en las manos, tratar de coger sus manitas, estirar los deditos y mover las yemas de los dedos hacia abajo (para que el corte sea más preciso) y realizar el certero corte de las 10 uñitas que permitan que sus Papis puedan volver a estar tranquilos de que su hija no se vaya a sacar un ojo mientras se rasca la cara. Y así todas las semanas :D