Éstas han sido las terceras Navidades de Norah.
El primer año no es que se enterara mucho del tema. Sí que lo pasó bien, sobre todo con el tema de las bolas rojas de decoración, y jugó con sus regalos... pero todo el jolgorio no le quedaba muy claro. O así lo recuerdo ahora, habría que ver qué escribimos en su momento que para eso lo tenemos. De eso 2 años pone que ya comía yema de huevo, se ponía de pie sola en la cuna, daba pasos con ayudas, lo señalaba todo con su dedo mágico, cogió un berrinche gordo al quitarle David una cosa de la mano, decía adiós con la mano, hacía amago de dar palmadas, decía papapapa mamama tatata tätätä y cantos heavies y líricos, se arqueaba para meterse en el carro y la trena, tenía 3 dientes. Sobre las Navidades en concreto escribí esto:
"En las Navidades se lo ha pasado muy bien porque ha habido mucha familia por casa (la abuela Ruut, la tía Kris y el tío Juan, además de estar nosotros más en casa y ver a los otros abuelos y a la tita Raquel). Sus primeros regalos han sido su parque con 250 bolas!, su mono para el frío, la chaqueta hecha a mano de la abuela (con gorro y bufanda), varios libros, y un correpasillos. Le gustan mucho los libros: señala los dibujos con el dedo mágico y suelta su "aahhh" o lo que sea."
Recuerdo además de ir a la Cabalgata y que el ruido y la gente no le hicieron mucha gracia. Además estaba medio lloviznando y hacía frío.
El año pasado ya se metió más en el ambiente. Le gustaba el árbol, se volvía loca bailando villancicos... Papá Noël / Joulupukki le dio mucho miedo pero sí que le gustaron los regalos. Olaf fue un regalo de Joulupukki del año pasado. Ya disfrutó algo más la Cabalgata de los Reyes, y de los regalos también. Ah sí!, y le dieron un caramelazo en la cabeza en la Cabalgata. Y en Nochebuena como tenía mal la garganta le di Estilsona y se puso hipomaníaca... jugando y riendo hasta las mil. Me acosté yo antes que ella.
Sobre las Navidades del año pasado hay dos entradas en el blog:
http://cosasdenorah.blogspot.com.es/2014/12/feliz-norahvidad.html ... un extracto: "aunque le mejoró la garganta, en Nochebuena estaba hipomaníaca por ello y se acostó más tarde que yo!, a la 1 de la medianoche. Estaba como cuando un amigo bebe un poco de más y está gracioso… pues así. Súperactiva, chistosa, graciosa, con una energía desbordante. Como endrogá."
http://cosasdenorah.blogspot.com.es/2015_01_01_archive.html ; como extracto: "La vio (la cabalgata) en brazos de la abuela Eugenia y le iba gustando (sobre todo la de Frozen con un gran Olaf saludando) hasta que ¡caramelazo! en toda la cara. Comenzó con su gesto de "comisuras de la boca hacia abajo" y empezó a llorar y se vino a mis brazos. Casi no quiso quedarse a ver las carrozas de los Reyes pero al final se relajó y sí que los saludó con la mano."
Este año en la EI Norah se disfrazó al igual que sus compañeros, esta vez de galleta de jengibre (el primer año fue de Joulupukki y el pasado de pastorcilla). El caso es que le hacía mucha ilusión disfrazarse y se miraba en el espejo como diciendo "si es que la que es guapa...". David tuvo la suerte de ver la representación y su posterior fiesta.
Luego en Nochebuena vino de nuevo el mismo Papá Noël del año pasado. Norah lo miraba entre la sorpresa, la incredulidad y la timidez. Accedió a darle un beso y un abrazo. Se repartieron los regalos y Joulupukki se fue. Norah entusiasmada se puso a abrir los regalos: la Mona Monita y un carro para la misma, un puzzle de Winnie Puh, calcetines y un pijama (que apartó con un gesto de "No me puedo creer que esto se considere un regalo") y un vestido de Anna. También el libro de Arlo y otro de pegatinas. Y un belén de Playmobil.
Cuando llevaba algún regalo abierto, haciéndose la indiferente de repente señaló a David y dijo "Papá, tú eras Papá Noël". Hicimos como que no la habíamos escuchado hasta que lo repitió una segunda y una tercera vez. Ahí ya le decíamos que no hombre, que cómo iba a ser su padre Papá Noël. Buf, luego lo volvió a decir y al día siguiente también... Espero no haberla traumatizado para el resto de su infancia. Es que en Finlandia va Joulupukki a las casas y yo lo recuerdo como algo muy bonito y simpático. Es una de las pocas cosas de Finlandia que le podemos aportar como costumbre.
El resto de las Navidades pasó en familia, con algunos días de guardería. Ah, y con la tristeza de haber acabado el calendario de adviento casero que le hice y en el que los duendecillos dejaban un detalle cada noche. Cuando volvió a casa el día 26 y vio que ya no estaba el calendario de adviento dijo: "Estoy muy triste, ya no está el calendario de adviento y no vienen los duendecillos." Suerte que se animó en cuanto le recordamos que los Reyes Magos estaban por venir.
Luego en Nochevieja sí vivió sus uvas por primera vez. Durmió una siesta laaarga y llegó hasta la medianoche y se comió sus uvas de la suerte. Estuvimos todos en familia: abuelos (incluyendo a Ruut-mummi), las 3 tías y el tito Juan. Y nosotros 3, claro.
La Cabalgata de Reyes también le hizo más gracia esta vez, aunque se pasó la mitad del tiempo protegiéndose la cabeza con una mano en cuanto empezaron a tirar los caramelos (que por supuesto no comía porque "tienen mucho azúcar, buaaaggghhh"). Al día siguiente ya fuimos a casa de los abuelos (porque los Reyes, los muy despistados, habían dejado ahí los regalos - igual que Joulupukki había dejado unos libros de emociones de colores y una cubertería de Frozen con Ruut y las titas). Los Reyes le trajeron mucha ropa, una caja registradora (con lo que ya tiene dos, y le gustan mucho!), un castillo para meterse dentro, un futbolín - billar... en fin, muchísimas cosas.
Sin duda el año que viene Norah ya recordará muchas cosas de las Navidades y las esperará con ilusión. Digo lo mismo que el año pasado: hace mucha más ilusión vivirlas a través de la experiencia de un niño que del consumismo habitual en esas fechas.