martes, 11 de abril de 2017

Celebración del 4º cumpleaños

Hace un par de semanas Norah cumplió 4 años. Durante estos 4 años ha habido veces que los días pasaban despacio pero visto ahora, los años han pasado muy rápido.
Como no conocemos con detalle a otros niños de su edad, a menudo no sabemos si las cosas que dice y hace Norah son las que tocan por edad o si es "especial"; para nosotros lo es, lógicamente. El contenido de sus conversaciones es fascinante y hace preguntas que a mí ni se me ocurrirían y que a menudo resultan difíciles de responder.
Le gusta muchísimo pintar y lo hace muy bien. Dibuja y pinta personajes y flores. Por mi cumpleaños me regaló un cuadro donde salíamos su papá, ella y yo y es precioso. A su padre le hizo algo más peculiar con una tortuga, y a la abuela también le regaló un cuadro. Lo curioso es que nos pidió de regalo de cumpleaños un cuadro pintado por David y yo: "Que salgamos papá, tú y yo en el parque jugando al pilla-pilla, con los árboles, las flores, el sol, los pájaros y la casa". Y se lo hicimos, aunque yo no pinto nada bien. Se quedó emocionada mirando el cuadro y le gustó mucho. Claro, ella pinta a menudo cosas y nosotros casi nunca.
La semana de su cumpleaños contaba los días que faltaban, uno detrás de otro. Ya sabe distinguir en el calendario de la cocina pefectamente los días y contar los que faltan para un evento determinado que de un tiempo a esta parte señalizamos con pegatinas. En el día de su cumpleaños puso una de un cubo de leche y un huevo, "Porque como no hay pegatinas de tarta y las tartas llevan lácteo y huevo, pues es mi cumpleaños". 
Ese día le tocó ser la cumpleañera de la clase e invitar a los compañeros a desayunar, poniéndose una corona. Por la mañana la llevó David al colegio; empezó a nevar y entusiasmada exclamó: "Mira, el cielo me regala la nieve". De camino al colegio salió al sol: "Mira, sale el sol a felicitarme". Y por supuesto su amigo el perro Golden la saludó y felicitó antes de llegar al cole. Como le dije a David y a quien quisiera escucharme: los adultos necesitamos años de meditación budista zen o mindfulness para vivir el momento así y agradecer las pequeñas y hermosas cosas de la vida. Ojalá nunca pierda esa capacidad de disfrutar de la vida.
Por la noche le dimos su regalo del cuadro, además de unas tijeras de "niña mayor", un juego de palos y bolas magnéticos y un libro sobre el Bosco (pena que esté en alemán... en fin). Y le llegó una tarjeta postal de Aurora con unas pegatinas de los Muumi.  Además quería un dinosaurio que fue a comprar con los abuelos y que se quedó en la salita durante 3 semanas sin abrir. Tiene un aguante y una paciente que ni muchos adultos. Además quería "ropa" (de invierno, a lo que le dije que el invierno se acababa... "No pasa nada mamá, de todas las estaciones entonces"). Su abuela la llevó de compras ese fin de semana. Además Ruut - mummi le hizo una rebeca rosa a mano que le queda muy bien. Además ese fin de semana se le regaló un Twister y unas estrellas y planetas luminosos (tía Raquel y Niko).
Realmente la celebración fue este sábado pasado con una barbacoa en casa a la que vinieron los abuelos, Ruut - mummi, la tía Kris con el tito Juan y la tía Raquel con Niko. Fue ella misma la que dijo que quería barbacoa "para comer maíz, chichi (carne) y salchicha". Además hicimos dos tartas (de las mías, sin azúcar ni harina): una de fresa que decoró ella misma y otra de chocolate con decoración de mandarina (también ella). Ya tenía muchas ganas de abrir los regalos así que recibió el dinosaurio (con entusiasmo "esto sí me gusta!") que es un T. rex de la película Arlo, unas zapatillas de luces, "una selva de montar" que también había pedido (y que estuvo montando un buen rato con tíos y tías), un lienzo de la tía Kris con unas jirafas mamá y bebé (le gustan mucho las jirafas) y una estrella de su día, a 138ipico años luz ("mamá, tú y yo nos hacemos astronautas y nos vamos a ver la estrella"). (Y creo que no me dejo nada... probablemente sean demasiadas cosas pero... la única hija, nieta y sobrina... es lo que tiene...).
Además vimos un video realizado por David con el recorrido vital de Norah desde que era dos gametos (fotos de mamá y papá), hasta que estuvo en "la tripa de mamá", de bebé y estos 4 años; debo decir que David ha hecho esas fotos de forma paciente y frecuente durante estos años, y al vídeo le dedicó chorromil horas. Así fue que se emocionó más de una y uno viéndolo. A la propia Norah también le gustó.
Han sido 4 años muy intensos. El tiempo pasa muy rápido. El año pasado se nos pasó que no nos dimos ni cuenta. Es verdad que hay días que nos acostamos todos hechos polvo de la intensidad del día. Es cierto que aunque Norah conoce ya muy bien sus emociones, a veces la desbordan y el enfado no tiene medida. Afortunadamente la intensidad del momento luego se le pasa y es capaz de retomar las actividades sin más, haciendo autocrítica de la "rabietilla" del rato previo. Como en el colegio y en todas partes es muy contenida y correcta, a veces necesita desahogarse un poco y sabe que la queremos y que con nosotros puede. Pero en general es una niña ocurrente, sonriente, divertida, que disfruta jugando, aprendiendo, ayudando y con la familia.
Quizá gracias a ella en gran parte este año la primavera la veo más hermosa que nunca; ella ve las flores, escucha los pájaros ("escucha mamá, canta el mirlo que es tu pájaro favorito"),  y dice son gran sabiduría "en primavera tiene que hacer sol y frío y lluvia, porque así es la primavera y crecen las plantas".  Ella nació en primavera y los tulipanes me recuerdan a los días previos a su nacimiento, así como los patitos pequeños nuevos me recuerdan a sus primeros paseos en el parque. Un día, de camino al colegio, yo iba un poco pocha por algo. Ella me señalaba los árboles del camino con sus hermosas flores moradas y rosadas y los pétalos en el suelo: "Mira mamá, un camino de flores para ti, para que te pongas contenta". ¿Quién no se animaría con eso?

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